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La condición Marshall - Lerner establece que para que la depreciación de una divisa mejore la balanza comercial, la suma de las elasticidades precio de las importaciones y las exportaciones debe ser, en valor absoluto, mayor a la unidad. Dado que el saldo neto de la balanza comercial depende de las elasticidades precio (si los bienes exportados son elásticos), su demanda experimentará un aumento por encima de la merma en los precios para dichos productos, provocando un crecimiento sobre el total de los ingresos por exportaciones; al mismo tiempo que (si los bienes importados también son elásticos) el egreso total por concepto de importaciones será estrechado.
La condición Marshall - Lerner establece que para que la depreciación de una divisa mejore la balanza comercial, la suma de las elasticidades precio de las importaciones y las exportaciones debe ser, en valor absoluto, mayor a la unidad. Dado que el saldo neto de la balanza comercial depende de las elasticidades precio (si los bienes exportados son elásticos), su demanda experimentará un aumento por encima de la merma en los precios para dichos productos, provocando un crecimiento sobre el total de los ingresos por exportaciones; al mismo tiempo que (si los bienes importados también son elásticos) el egreso total por concepto de importaciones será estrechado.
dbc/dtcr = m ( E x,tcr ( 1+E x,m ) + E m,tcr ( 1+E m,x ) -1 ) = 0
Con esta formalización de la condición Marshall - Lerner, se observa que las variaciones del tipo de cambio impactan de forma positiva a la balanza comercial, siempre y cuando la suma de las elasticidades precio (tanto de importaciones como de exportaciones) y elasticidades importación-exportación y viceversa sean mayores a la unidad.
Dentro de este marco, la teoría económica menciona dos efectos distintos, ninguno de los cuales ha sido corroborado ni es plenamente aceptado, con respecto a la situación expuesta previamente:
Así, según la elaboración de comunicados y las minutas del periodo comprendido, tanto de la Comisión de Cambios, como del Banco de México, se observa un desarrollo de acciones que denotan cierta irrelevancia del cumplimiento de tal condición, argumento fundamentado en una nula o escasa intervención, denominando de manera oficial a la paridad cambiaria como de libre determinación, aunque tal posición puede ser cuestionable ante el avistamiento de una propensión al control del tipo de cambio entre bandas imaginarias, situación que en obviedad muestra cierta tendencia del Banco Central en la preservación de un marco macroeconómico estable y atractivo para los capitales financieros, que en incentivar la mejora en la balanza comercial local.
En consecuencia a las políticas efectuadas por las autoridades cambiarias (no intervención de forma oficial) se alega que cualquier variación del tipo de cambio es causada por la inestabilidad de los mercados financieros, no por la implementación de una política comercial activa, incluso, se debe considerar la, cada vez más mermada, capacidad estatal para dirigir una política comercial de impacto (incluyendo la posibilidad de utilizar el tipo de cambio para incentivar las exportaciones, si fuese tal acción de impacto) ante las normas consensadas en los tratados de libre comercio realizados a finales del siglo pasado.
Dentro de este marco, la teoría económica menciona dos efectos distintos, ninguno de los cuales ha sido corroborado ni es plenamente aceptado, con respecto a la situación expuesta previamente:
- El empeoramiento de la balanza comercial a partir de una devaluación como consecuencia de la predominancia del efecto precio, situación generada a partir del impacto inicial de una devaluación sobre la balanza comercial y su respectivo incremento de valor de las importaciones sin reducción del volumen de bienes importados.
- Se puede ver la reversión de dicho patrón dada a nueva sobre - posición del efecto volumen sobre el efecto precio, cuyo resultado se muestra con más lentitud debido a varias causas posibles:
- El ajuste de la producción industrial.
- Las variaciones de sus inventarios o su capacidad instalada.
- El requerimiento de nuevas vías o canales de comercio asociados al incremento de la demanda externa tras el abaratamiento de los bienes locales.
- El rezargo temporal entre solicitudes de compra y ejecución de tales.
Así, según la elaboración de comunicados y las minutas del periodo comprendido, tanto de la Comisión de Cambios, como del Banco de México, se observa un desarrollo de acciones que denotan cierta irrelevancia del cumplimiento de tal condición, argumento fundamentado en una nula o escasa intervención, denominando de manera oficial a la paridad cambiaria como de libre determinación, aunque tal posición puede ser cuestionable ante el avistamiento de una propensión al control del tipo de cambio entre bandas imaginarias, situación que en obviedad muestra cierta tendencia del Banco Central en la preservación de un marco macroeconómico estable y atractivo para los capitales financieros, que en incentivar la mejora en la balanza comercial local.
En consecuencia a las políticas efectuadas por las autoridades cambiarias (no intervención de forma oficial) se alega que cualquier variación del tipo de cambio es causada por la inestabilidad de los mercados financieros, no por la implementación de una política comercial activa, incluso, se debe considerar la, cada vez más mermada, capacidad estatal para dirigir una política comercial de impacto (incluyendo la posibilidad de utilizar el tipo de cambio para incentivar las exportaciones, si fuese tal acción de impacto) ante las normas consensadas en los tratados de libre comercio realizados a finales del siglo pasado.
Así, la postura que toma el Banco de México con respecto a los movimientos del tipo de cambio, puede ser considerada como precautoria, siendo incluso criticada como medida para el incentivo de las exportaciones mediante el incremento de la competitividad, y con ello, el establecimiento de un posible grado de crecimiento futuro de la economía. Y es, en opinión del autor, una crítica que deja ver la necesidad de formar una base sólida de crecimiento económico endógeno, no en función de las condiciones externas, al tiempo que tal crecimiento debe estar fundamentado en crecimiento del producto y no en un mero efecto monetario.
Podemos
agregar que las exportaciones llevadas a cabo en determinados periodos
deben de tener medida su elasticidad para determinar los impactos que
una moneda devaluada tiene sobre las exportaciones, entonces se debe
observar que cuando tenemos productos bastante elásticos y que su precio
disminuye, la consecuencia es que recibe menos dinero por la cantidad
que se vende, pero sus ventas aumentaran de tal forma que será posible
tener mayores ingresos en su contabilidad interna.
Entonces la importaciones a consecuencia tendrán un efecto de
disminución , cuando la moneda local tenga que pagar mas dinero por un
mismo producto, o por la misma cantidad de producto, entonces de
inmediato disminuye su consumo.
Si sumamos lo que se representa en cifras las 2 variables de una nación,
O y D sirve para mantener el equilibrio y no tener efectos negativos
sobre la balanza de pagos, si no para obtener un resultado positivo
respecto a las elasticiades. Los efectos inmedieatos suelen ser
negativos hasta que llega el punto en donde se encuentra su equilibrio y
su valor absoluto termina siendo mayor
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